Precursor del Género Negro en la novelística guatemalteca.
Nos encontramos con el escritor en un callejón oscuro, rodeado por neblina verde y un grupo de perros negros de aspecto fiero, con los amarillentos focos de alumbrado público formando sombras que se movían como con vida propia.
En este ambiente de penumbra tuvimos la oportunidad de platicar un poco acerca de su vida y sus obras.
Esta es la entrevista que le brindo a Deguate.com:
En qué época empezó a sentir que necesitaba escribir?
El vicio por leer y escribir historias me viene desde muy joven y nació al mismo tiempo que mi afición a la música y a la pesadilla escrita. El acto de imaginar una historia y añadir escenas, entretejerlas y editarlas puede alcanzar niveles adictivos.
¿Para usted qué fue primero, cuentos o novelas?
Los primeros libros que leí fueron novelas como Pedro Páramo, Drácula, Hombres de Maíz y Crimen y Castigo, pero lo primero que escribí fueron cuentos cortos.
¿Cómo está la literatura guatemalteca en comparación con la escrita en otros países latinos?
Guatemala siempre ha tenido excelentes escritores, desde José Milla y Vidaurre a Tito Monterroso, Miguel Ángel Asturias, Rafael Arévalo Martínez, Francisco Méndez, Rodrigo Rey Rosa, Luis Cardoza y Aragón, Francisco Morales Santos, Virgilio Rodríguez Macal, Flavio Herrera… el listado es interminable y me atrevo a decir que nuestra literatura vale tanto como la sudamericana y la española.
Sin embargo, últimamente se ha dado un fenómeno de saturación y falta de autocrítica por parte de algunos autores que no dejan madurar sus libros. Pero lo peor de todo son las modas “políticamente correctas” y que el público les siga el juego. Eso es lo peor de todo.
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